March 09, 2009

Las causas de la crisis

La economía es compleja. Probablemente sea uno de las pocas afirmaciones en las que nos podríamos poner de acuerdo desde distintas escuelas del pensamiento económico. Pero dentro de dicha complejidad, las leyes básicas que la rigen son inmutables. Las causas de los ciclos económicos son sonrojantemente cristalinas. Personalmente, me resulta difícil aceptar que tras siglos de estudio, aún se cometen errores tan básicos en el análisis de los ciclos económicos y, particularmente, en el análisis de la presente crisis global. Las razones de tan sistemática distorsión serán objeto de otro artículo.

Comenzamos una serie de artículos en las que intentaremos acercar la verdad sobre la crisis al lector menos familiarizado con una serie de conceptos clave para entender la economía. No se trata aquí de encontrar explicaciones mágicas, sino simplemente de seguir las enseñanzas de los economistas cuyas teorías han mostrado una intachable solidez a lo largo de los últimos siglos, y especialmente, en el siglo XX. La Escuela Austríaca es la única que es capaz de entender las causas y, lo que sería más importante -aunque políticamente improbable- la forma de evitar futuras crisis.

En este artículo, a modo de índice, simplemente indicaremos las causas principales. Posteriormente, iremos analizando cada una de las mismas. En contra de la corriente dominante, la confianza no tiene absolutamente nada que ver con las causas de la crisis. El intervencionismo que vivimos se vale de ciertas palabras clave para justificar sus políticas; confianza es una de ellas. Confunden consecuencias con causas. Tampoco lo es la falta de regulación del sistema financiero, ni la codicia de los empresarios o los inversores. Afortunadamente, tenemos base teórica suficiente para entender las causas reales.

  1. Control del tipo de interés. Los controles de precios son siempre una receta rápida para que se produzcan distorsiones en la economía. Sólo el mercado es capaz de asignar adecuadamente los recursos a través del mecanismo de los precios. El tipo de interés no es más que un precio. No se trata de que el tipo de interés fijado por el banco central sea alto o bajo, sino que simplemente no sabemos cuál debería ser.
  2. Existencia de los bancos centrales. Está obviamente en relación con el punto anterior. Un banco central no es más que un instrumento de planificación centralizada. Incluso Marx proponía la centralización del dinero. Un mundo sin bancos centrales es, no sólo perfectamente posible, sino totalmente deseable.
  3. Dinero fiduciario. No hace tanto tiempo -menos de un siglo- el dinero, que no es más que un medio de intercambio, estaba ligado a una mercancía -commodity en inglés. De manera natural, el mercado solía acabar llegando al oro y la plata como medio de intercambio y, por tanto, como dinero. Durante el siglo XX, ese patrón se va abandonando hasta que Nixon en 1971 abolió cualquier relación del dinero con una mercancía real. Los pagos son realizados con el dinero oficial que el gobierno fija. Pero en esencia no es más que papel y tinta, tamizado por tecnología anticopia. El efecto inmediato es que los Estados pueden crear dinero con un valor facial muy superior a su precio de producción.
  4. Sistema bancario de reserva fraccional. Junto con los tres apartados anteriores, suponen el motor de la crisis. Los bancos crean dinero de la nada. Es sorprendente que la inmensa mayoría de la población desconoce este hecho y aún más sorprendente es que sea desconocido para la mayoría de los llamados economistas. Un banco no está obligado legalmente a tener la totalidad del dinero depositado a disposición de los depositantes, sólo una mínima fracción. La fracción restante es puesta en circulación de nuevo en el sistema, que el propio sistema vuelve a poner en circulación en una iteración casi infinita que puede multiplicar por 10, por 15, por incluso más, el dinero en circulación. En ausencia de bancos centrales, el sistema fallaría en cualquier momento de pánico.
  5. Mercados financieros intervenidos. Los Estados han intervenido en los mercados financieros de maneras muy diversas, además de los cuatro apartados anteriormente citados. Como ejemplo clave para entender la crisis en Estados Unidos, tenemos a Freddie Mac y Fannie Mae, agencias estatales que avalaban a personas de dudosa solvencia. Toda la explicación comunmente aceptada relativa a las hipotecas subprime hubiera sido de un impacto mucho menor en ausencia de los avales públicos. Las humillantes ayudas estatales a los bancos en peligro de bancarrota son otro ejemplo.
  6. Derechos garantizados por ley. La ley no sirve para garantizar derechos artificiales. El derecho a la vida, el derecho a la propiedad privada, el derecho a no ser coaccionado son derechos propios de toda persona. El derecho al trabajo, a la vivienda, a la educación, a las pensiones, no son derechos ejecutables por ley. Es el progreso económico el que finalmente trae empleo, vivienda, educación, seguridad para la vejez, sanidad, etc. Los bueyes tiran del carro, no al revés.
  7. Peso del Estado. El tamaño del Estado ha venido creciendo en el último siglo hasta alcanzar cotas que van a poner en peligro la vida de millones de personas. Los impuestos colapsan la economía ahora que los errores del keynesianismo no han tenido forma de ser ocultados. Cada vez más, la lucha del individuo no es por salir adelante ofreciendo algo a la sociedad, sino por buscar parte de la tarta del gasto público. Los empresarios obtienen más rentabilidad de una situación de competencia desleal propiciada por el gobierno, que de crear verdadero valor en su actividad productiva.
  8. Falta de libertad en el mercado laboral. La socialdemocracia, con el consentimiento de la democracia cristiana han alimentado a un monstruo que se ha vuelto incontrolable. Salarios mínimos, jubilaciones anticipadas, indemnizaciones por despido, seguro de desempleo, sindicatos, conforman un mercado en el que la libertad no existe. Se apoyan en las falacias comunes sobre la protección de los trabajadores, cuando realmente lo que producen es desprotección. Nuevamente los intervencionistas logran que las emociones empañen la razón.
  9. Propaganda. Término que cuando se usa políticamente, se suele asociar a regímenes fascistas. Será otro el momento de analizar en qué régimen vivimos, pero es indudable que el poder establecido tiene una maquinaria propagandística que anula la capacidad de respuesta de los que disentimos de la versión oficial. Prensa, sistema educativo, partidos políticos forman un entramado difícil de superar. Ello no exime de toda la culpa al ciudadano de a pie, pero es humano sea por ignorancia o por miedo, dejarse llevar por lo que nos cuentan que es verdad.
  10. Nacionalismos. De todo tipo. En épocas difíciles, los nacionalismos se convierten en maquinarias extremadamente peligrosas. Se protegen las industrias propias -receta para profundizar en la crisis- y los extranjeros se convierten en sospechosos. Curiosamente, tanto riesgo existe de que los nacionalismos creen miseria, como que los organismos supranacionales -Unión Europea, Banco Mundial, G-20 - impongan soluciones muy lejanas al ciudadano.

Profundizaremos en cada uno de las causas expuestas en este resumen. Lamentablemente, al mismo tiempo que escribo estas líneas, millones de personas siguen expuestas al pensamiento único, ese que les convence de que los ciudadanos son dueños de su futuro, que su voto es una garantía de que sus gobernantes velan por los intereses de la población.

6 comments:

Anonymous | March 24, 2009 at 10:04 AM  

Fabuloso. Enhorabuena por el blog. Me parece sensacional. Ánimo y adelante con tus ideas.

Ho Pin | March 26, 2009 at 8:40 PM  

Gracias. Habrá que seguir difundiéndo estas ideas. Me conformaría con que al menos se debatiera, no el conformismo que hay con la versión oficial de la crisis.

Ho Pin | November 1, 2009 at 6:13 PM  

Gracias Camila. Interesante tu blog. Pienso que enfocáis de manera errónea el asunto de los derechos. Si exiges un derecho, se lo exiges a alguien, ¿a quién? Entiendo que al Estado, pero el Estado es algo irreal que se nutre de los impuestos de todos. Con lo cual se lo exiges a otros ciudadanos.

Nuestro punto de vista es totalmente distinto. No creemos en más derechos que el derecho a la vida, a la libertad, a no ser coaccionado, a no ser agredido, a que los contratos se respeten.

Igualdad y libertad son incompatibles, y no sólo eso, a la larga, la lucha por la igualdad crea desigualdades aún mayores porque las grandes fortunas y los gobiernos se alían para ordeñar a los ciudadanos.

Ahora te comento en tu blog algo sobre la última noticia. Pero te hago una pregunta/reflexión, ¿quiénes eligen a esas organizaciones internacionales que garantizan derechos?

Muchas gracias por comentar.

fontanon | February 21, 2010 at 3:15 AM  

Un discurso parecido, pero al revés: "evitando el ciclo económico" he escuchado al Profesor Huerta de Soto:

* Vuelta al dinero privado
* Abolición de los bancos centrales
* Tipos de interés marcados por el mercado
* Reducción del megalómano estado.

Con este post te has ganado mi suscripción al blog. ¡Saludos!

fontanon | February 21, 2010 at 3:18 AM  

Por cierto, al respecto de lo que comentas sobre la propaganda: creo sinceramente que no existe forma de gobierno o de acción humana (en el sentido von-mises) que nos librara de la propaganda. Chomsky expresa muy bien este concepto en "Manufacturing Consent"

Ho Pin | February 27, 2010 at 9:22 AM  

Muchas gracias, Félix.

Comparto tu miedo con la propaganda. Y más en el tiempo actual. No veo la manera de que la propaganda no llegara a las masas. Decir hoy lo que decimos en este blog hace que mucha gente active todos sus sentimientos viscerales. El concepto (vacío, pero efectivo en cuanto a comunicación) de solidaridad ha calado.

Lo comentaremos en una entrada dentro de algunas semanas, quizá el único camino viable es ir hacia estados más pequeños geográficamente que permitan el voto con los pies. En un mundo con 2.000 Singapures, habría capacidad de elección según tu forma de entender el mundo. Pero se camina justo hacia el otro lado, la integración, lo cual lleva a propaganda más potente.

Saludos y espero verte a menudo (si somos capaces por fin de ser más regulares escribiendo ¡¡¡)

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